A
40 años de la partida de Aníbal
Troilo
Aníbal
Troilo
|

Troilo en los años
cincuenta
|
Datos
generales
|
Nombre
real
|
Aníbal
Carmelo Troilo
|
Nacimiento
|
11
de julio de 1914
|
Origen
|
Buenos
Aires
República Argentina
|
Nacionalidad
|
Argentina
|
Muerte
|
18
de mayo de 1975
(60 años)
Buenos
Aires
República
Argentina
|
Ocupación
|
bandoneonista,
compositor
y director
de orquesta
|
Información
artística
|
Otros
nombres
|
Pichuco,
Gordo, Bandoneón
mayor de Buenos Aires
|
Género(s)
|
tango
|
Instrumento(s)
|
bandoneón
|
Artistas
relacionados
|
Ernesto
Baffa, Osvaldo
Berlingieri, Enrique
Cadícamo, Alberto
Castillo, Cátulo
Castillo, Kicho
Díaz, Francisco
Fiorentino, Raúl
Garello, Orlando
Goñi, Roberto
Goyeneche, Homero
Manzi, Alberto
Marino, Ástor
Piazzolla, Edmundo
Rivero, Floreal
Ruiz, Nelly
Vázquez
|
Web
|
Sitio
web
|
http://www.troilo.com.ar
|
[editar
datos en Wikidata]
|
Aníbal
Carmelo Troilo, alias Pichuco
(Buenos
Aires, 11
de julio de 1914
- 18
de mayo de 1975),
fue un bandoneonista,
compositor,
director
de orquesta
de tango
argentino.
Biografía
Aníbal
Troilo nació en la calle Cabrera
2937, entre Anchorena y Laprida
(en pleno barrio
del Abasto)[1]
pero desde los ocho años de edad
(después de la muerte de su
padre) vivió en Soler 3280, entre
Gallo y Agüero (en el barrio
de Recoleta).[1]
[2]
Sus padres se llamaban Felisa
Bagnoli (hija de Marco Bagnoli y
Raffaella Sammartino, de Agnone,
en Campobasso,
hermanos Nicolás, Carmelo,
Anunciación y Ernesta) y Aníbal
Troilo (hijo de Quirino y Concepción).
Se habían casado en la iglesia de
Balvanera el 11 de noviembre de
1909. Su padre le pondría el seudónimo
de Pichuco, nombre por el
cual llamaban a uno de sus mejores
amigos; el apodo podría ser una
deformación del napolitano
picciuso que significa
"llorón".[3]
Tuvo dos hermanos, un varón,
Marcos, y una mujer, Concepción,
que murió de corta edad.
Durante su niñez, Troilo
escuchaba tocar el bandoneón
en los bares de su barrio. A los
10 años convenció a su madre
para que le comprara su primer
bandoneón. Felisa lo compró a
140 pesos de entonces, a pagar en
14 cuotas de 10 pesos; pero luego
de la cuarta cuota el vendedor
desapareció y nunca reclamó el
resto.
Con ese bandoneón, Troilo tocó
casi toda su vida.
Un año después, en 1925 (cuando
contaba con 11 años de edad)
Pichuco realizó su primera
actuación, en un bar pegado al Mercado
de Abasto (el mercado central
de frutas y verduras de Buenos
Aires). Más tarde integró una
orquesta de señoritas. A los 14 años
ya había formado un quinteto.
En diciembre de 1930 fue
contratado para formar parte del
famoso sexteto del violinista
Elvino Vardaro, el pianista
Osvaldo
Pugliese y Alfredo
Gobbi (hijo) (quien era apenas
el segundo violín del conjunto,
pero más tarde se haría célebre
como director de orquesta). Allí
tuvo como compañero a Ciriaco
Ortiz, de quien Troilo más
adelante se consideraría deudor.
Ese sexteto no realizó ninguna
grabación discográfica.
Troilo pasó por numerosas
orquestas, entre otras, las de Juan
Pacho Maglio, Julio
de Caro, Juan
D'Arienzo, Ángel
D'Agostino y Juan
Carlos Cobián.
Con su orquesta (cuyos integrantes
fueron variando muchísimo) trabajó
casi ininterrumpidamente, tanto en
presentaciones en vivo como en
grabaciones, hasta el año de su
muerte, 1975. Desde 1953 hasta
mediados de los años 60, Troilo
mantuvo durante un tiempo una
actividad musical paralela a la de
su orquesta en dúo junto al
guitarrista Roberto Grela, que
después se convirtió en el
Cuarteto Troilo-Grela. En 1968, ya
distanciado de Grela, formó su
propio cuarteto. Además de esto,
Troilo grabó dos temas (El
motivo y Volver) a dúo
de bandoneones junto a Ástor
Piazzolla.
En
1938 se casó por civil con la
griega Zita (Ida Dudui Kalacci).
Cuando su madre Felisa murió,
como homenaje la pareja se casó
por iglesia. (En realidad, Pichuco
se fue a vivir con Zita recién
tras la muerte de su madre).
La muerte de su mejor amigo, el
poeta Homero
Manzi (1907-1951), le produjo
una profunda depresión que duró
más de un año. En su memoria
compuso el tango Responso.
En 1971 (en conmemoración de los
veinte años del fallecimiento del
poeta) Troilo inauguró la plaza
Homero Manzi.
Diversos historiadores sindican a
Troilo como adicto al alcohol y a
la cocaína, siendo él quien
sugiere el agregado de letra al
tango "Los Dopados".
El Bandoneón Mayor de Buenos
Aires murió el 18 de mayo de 1975
en el Hospital Italiano, a causa
de un derrame cerebral y sucesivos
paros cardíacos; se encuentra
sepultado en el Rincón de los
Notables del cementerio
de la Chacarita, al lado de Agustín
Magaldi y Roberto
Goyeneche.
La
orquesta
En
la primera formación de la
Orquesta Típica de Aníbal Troilo
participaron Orlando
Goñi, Enrique
Kicho Díaz, Roberto
Gianitelli, Juan
Miguel Toto Rodríguez
y el cantor Francisco
Fiorentino (entre otros), con
la que debutó en la boite Marabú
de Buenos Aires.
Suele decirse que, en sus
comienzos, la orquesta tocaba «a
la parrilla», término utilizado
en la jerga del tango para
designar en general a la música
interpretada sin un arreglo
escrito, cuente esta o no con
ensayos previos. Evidentemente, la
música de esta primera época
(como la versión de Tinta
verde de 1938, o la de Toda
mi vida de 1941 junto a
Fiorentino) contaba con arreglos
relativamente simples, incluso
para la época ―si los
comparamos con la sofisticación
de los arreglos de Julio
De Caro, por ejemplo―.
Pero difícilmente pueda
coordinarse la acción de once o
doce músicos sin ninguna clase de
partitura; aunque, en el tango,
como en la mayoría de las músicas
populares, el resultante sonoro
depende más del conocimiento de
algunas reglas de juego
sobreentendidas que no suelen (o
no pueden) ponerse por escrito. La
simplicidad de esta música, que
obedece a la lógica de una
orquesta creada para tocar en
lugares bailables, es por otra
parte relativa, ya que presenta un
gran abanico de matices expresivos
(de volumen y de dinámica),
ejecutados siempre ―al menos
en las grabaciones que se
conservan― con gran claridad
y efecto, lo cual lo distingue de
otras orquestas bailables. El
tempo (es decir, la velocidad) es
siempre ágil.
Tratándose de música en la que
la mayoría de lo que se toca no
está escrito, es razonable que el
sonido fuera cambiando junto con
los instrumentistas; por eso son
tema de discusión las influencias
de los diversos pianistas sobre la
orquesta de Troilo. En las
grabaciones de 1942, la orquesta
comienza a tocar con arreglos
escritos con mayor detalle (lo que
permite algunas sofisticaciones).
Por esta época, Troilo comienza a
delegar la responsabilidad de
escribir arreglos en otros músicos,
como Ástor
Piazzolla (que integró su
orquesta entre 1939 y 1944), entre
otros. De él son los arreglos de Inspiración
(1943) y Chiqué (1944).
Incluso después de que dejó la
orquesta, Piazzolla siguió
arreglando ocasionalmente para la
orquesta de Troilo. A partir de
entonces, la música de su
orquesta cambiará enormemente según
el arreglista, aunque siempre
conservando la gran precisión
expresiva que la caracterizó
desde sus comienzos. En esta época,
pues, la orquesta de Troilo se
integra a un fenómeno de división
del trabajo musical entre
directores y
arregladores/orquestadores, que ya
existía desde antes, del que
participan ―por
ejemplo― las orquestas de Francisco
Canaro, Juan
D'Arienzo, Osvaldo
Fresedo e incluso la de Osvaldo
Pugliese. También hubo y
siguió habiendo numerosísimos
directores de orquesta e intérpretes
que crearon sus propios arreglos,
como Julio
De Caro, Ástor
Piazzolla, Julián
Plaza y Horacio
Salgán.
De esta primera época son todas
sus grabaciones junto al cantante Francisco
Fiorentino, y algunas de las
grabaciones con Alberto
Marino.
Aníbal
Troilo y su orquesta.
Fotografía en la tapa del
álbum Che Buenos Aires
(1969).
Paralelamente
a la disminución del trabajo en
lugares bailables, el tempo de la
orquesta comenzó a hacerse cada
vez más lento, privilegiándose
entonces otros aspectos de la música.
Habitualmente, los últimos años
cuarenta y la década del
cincuenta son considerados como un
momento de transición en la
orquesta de Troilo. Esta es la época
de los arreglos de Argentino
Galván (como la versión de Romance
de barrio con Floreal
Ruiz), de Ismael
Spitalnik (como en Ojos
negros, de 1948), de Emilio
Balcarce (como en El
último organito, de 1949,
cantada por Edmundo
Rivero), ninguno de los cuales
fue integrante de la orquesta.
También hace arreglos para la
orquesta de Troilo en esos días,
Eduardo Rovira. Durante este período,
Troilo trabaja sucesivamente con
los cantores Alberto
Marino, Floreal
Ruiz, Edmundo
Rivero, Raúl
Berón y Ángel
Cárdenas.
Este proceso decantó alrededor de
1960, cuando nos encontramos con
una orquesta en la que participan
el pianista Osvaldo
Berlingieri y los
bandoneonistas Ernesto
Baffa y más adelante Raúl
Garello, que se desempeñaron
también como arreglistas. Por
esta época Troilo comienza a
tocar arreglos de Julián
Plaza (de temas cantados, como
Te llaman malevo,
registrado en 1957 con Ángel
Cárdenas, e instrumentales,
algunos del propio Plaza, como Danzarín).
En este momento el sonido de la
orquesta de Troilo ya ha cambiado
definitivamente. En este período
cantan con Troilo Roberto
Rufino, Roberto
Goyeneche, Elba
Berón, Tito
Reyes y Nelly
Vázquez.
A partir de los años cincuenta y
con mayor énfasis a partir de la
segunda mitad de los sesenta,
Troilo fue cediendo el primer
bandoneón a otros ejecutantes,
primero en los temas cantados,
luego también en algunos
instrumentales, dedicándose
exclusivamente a dirigir la
orquesta y no a tocar. Lo cual
marca el ingreso de la orquesta de
Troilo a otra división del
trabajo musical, ahora entre
ejecutante y director, de la cual
participaron las ya mencionadas
orquestas de Francisco
Canaro y Juan
D'Arienzo; la diferencia es
que, en el caso de Troilo, no se
trata de una incapacidad para
ejecutar su instrumento (cosa que
siguió haciendo en algunos solos
instrumentales, o incluso durante
temas enteros).
Desde la década de 1960 hasta sus
últimas actuaciones (ya sin Baffa
y Berlingieri, que habían formado
su propia orquesta), el sonido de
la orquesta no cambió mayormente,
anclándose en un estilo basado en
efectos orquestales que suenan más
o menos modernos pero nunca
excesivamente complejos. Durante
esta época fue arreglador Raúl
Garello (como en casi todos
los temas del disco que Troilo
graba junto a Goyeneche en 1971).
En cuanto a los cantores de Troilo,
suele decirse que «eran un
instrumento más de la orquesta»,
expresión que alude ―en lo
musical, al menos― a la
integración del cantante y la
orquesta en un resultado sonoro
coherente, donde la orquesta y el
cantor ejecutan pausas y matices
con un mismo sentido. Es
llamativo, por ejemplo, cómo dos
versiones de un mismo tango
cantadas por dos cantores
distintos (como El motivo,
cantado por Goyeneche en 1961, y
por Reyes en 1965, con el mismo
arreglo) no difieren tanto. Por
otra parte, los temas cantados de
la primera época tienen más
parte instrumental que cantada.
Habitualmente la orquesta tocaba
primero la música correspondiente
a la estrofa y al estribillo (la
mayoría de los tangos cantados
tienen dos partes, algunos tres),
luego acompañaba al cantante, y
luego volvía a ejecutar la misma
música que al comienzo, a menudo
con solos instrumentales. La
primacía de la parte instrumental
sobre la parte cantada obedece, en
principio, al hecho de que la música
está destinada a un público que
baila. El caso más extremo de
esta modalidad es acaso Los
mareados en la versión de
Fiorentino: ese tango tiene tres
partes musicales distintas que
corresponden a otras tantas
estrofas de la letra; pero en la
versión de la orquesta de Troilo,
primero se ejecuta el tango
entero, luego la primera parte
cantada, y por último la tercera
instrumental. Esta costumbre de
extender la parte instrumental en
detrimento de la cantada no es,
naturalmente, exclusiva de la
orquesta de Troilo.
Con el paso del tiempo, la parte
instrumental fue siendo cada vez más
breve (las canciones comerciales
suelen durar entre tres y cinco
minutos; a medida que el tempo del
tango fue haciéndose cada vez más
lento, la parte instrumental se
fue recortando en beneficio de la
cantada); a partir de los años
cincuenta ya se cantan las dos
estrofas (cuando el tango las
tiene), y eventualmente se vuelven
más breves las introducciones o
los intermedios instrumentales.
Esto rige para la mayoría de los
temas cantados, pero hay numerosas
excepciones.
Habitualmente, la orquesta de
Troilo trabajaba simultáneamente
con dos cantantes; eventualmente
hay temas cantados a dúo, como el
de la milonga El desafío
(cantada por Fiorentino y Marino),
o Coplas (cantada por
Goyeneche y Elba Berón).
Habitualmente los temas cantados
no son tangos, sino otros géneros
subsidiarios (valses, milongas),
ya que el tango suele tener letras
que expresan sentimientos
individuales.
Troilo
y Grela
Pichuco
Troilo con el representante
y productor artístico Ben
Molar (Moisés
Smolarchik Brenner,
1915–), aproximadamente en
1970. Fotografía de la
revista Pájaro de fuego
de octubre de 1980.
En
1953, Troilo formó un dúo con el
guitarrista Roberto
Grela para actuar en la obra
de teatro El patio de la
morocha (más parecida a un
sainete que a un musical) de Cátulo
Castillo, donde Troilo
interpretaba el papel del
bandoneonista Eduardo
Arolas tocando junto a Grela.
El dúo, que participó también
en algunas películas y realizó
varias presentaciones (incluso
acompañando a cantantes), pasó
luego a ser el Cuarteto Típico
Troilo-Grela, con la incorporación
de Edmundo
Zaldívar en guitarrón y Enrique
"Kicho" Díaz en
contrabajo. Con esta formación
grabó doce temas entre 1955 y
1956. En 1962, el cuarteto volvió
a grabar diez temas más, ahora
con Eugenio
Pro en contrabajo y Ernesto
Báez en guitarrón. En ambos
casos, los temas son
instrumentales.
La sociedad musical con Grela
permitió a Troilo tocar «a la
parrilla» (es decir, sin arreglos
escritos, con una dinámica de
trabajo exclusivamente a base de
ensayos), una costumbre tanguera.
Incluso después de la incorporación
de otros dos instrumentistas (que
habitualmente llevan el ritmo,
dando una mayor libertad melódica
tanto al bandoneón de Troilo como
a la guitarra de Grela), el sonido
resulta simple y claro
(correspondiendo estos adjetivos a
dos valores estéticos que Troilo
cultivó a lo largo de toda su
carrera, incluso en una formación
masiva como la orquesta típica).
La búsqueda de un sonido simple
está dada no solo por los
arreglos sino también por la
elección de los instrumentos, de
la que están ausentes el violín
y el piano (instrumento este último
que no se encontraba en las
primeras formaciones de tango,
sino que pasó a formar parte del
género recién cuando se empezó
a tocar en locales que dispusieran
de un instrumento).
El
Cuarteto Aníbal Troilo
En
1968,
Troilo grabó once tangos y una
milonga para la discográfica Víctor,
con su nuevo Cuarteto Aníbal
Troilo:
Más
adelante, en las presentaciones
del cuarteto, Berlingieri sería
sustituido por el pianista José
Colángelo, que también tocó
en los últimos años con la
orquesta de Troilo. Este nuevo
cuarteto también acompañaría
cantantes, pero no en el disco.
Llama la atención la diferencia
entre este cuarteto y el formado
junto a Grela. Compárense las
versiones de La tablada y
de La trampera ejecutadas
por los dos cuartetos. Ya se trata
de música más «orquestal» y
menos íntima (según De Lío),
con arreglos escritos con un
sentido orquestal (la versión de Milonguero
triste del cuarteto, por
ejemplo, tiene mucho en común con
la de la orquesta), y con la
incorporación del piano y la
guitarra eléctrica. El disco
contiene seis temas del propio
Troilo (algunos de los cuales eran
originalmente cantados, como Toda
mi vida, o La última curda)
y cinco versiones instrumentales
de tangos clásicos. Además
cuenta con un tema original,
creado para ese disco, Nocturno
a mi barrio, con un curioso
texto de Troilo recitado por él
mismo.
Troilo
como ejecutante
El
sonido del bandoneón de Troilo es
fácilmente reconocible, y cambia
relativamente poco a lo largo de
su vida (comparado, por ejemplo,
con el sonido resultante de la
orquesta), y a través de las
distintas agrupaciones. Se
caracteriza por un fraseo
impecable, por una forma muy
particular (y también muy propia
del tango) de «decir» las frases
melódicas con su instrumento. Los
solos de bandoneón de Troilo
habitualmente son ejecutados con
volumen bajo (incluso cuando toca
sobre toda la orquesta, lo cual es
asombroso) y con extrema
delicadeza. Sus ejecuciones son
delicadamente pausadas, pero no
necesariamente lentas, y casi
nunca tienen muchas notas rápidas,
excepto cuando ejecuta
variaciones, claro está (Las
variaciones son un recurso propio
del género que consiste en un
solo ejecutado con rapidez sobre
la melodía ya conocida del tango,
que suele utilizar cuatro notas
por cada tiempo del compás y
encontrarse al final del tema).
Troilo
como compositor
Troilo
compuso muchísimos temas buenos y
ampliamente difundidos y
versionados a lo largo de su
carrera, tanto instrumentales como
cantados. Sus composiciones se
caracterizan por una relativa
sencillez armónica y melodías
muy bellas, simples pero no
obvias. Entre los instrumentales
se destacan la milonga La
trampera y los tangos Milonguero
triste, Responso y Contrabajeando
(este último en colaboración con
Piazzolla). Entre los cantados, Barrio
de tango, Che bandoneón,
Sur y el vals Romance de
barrio, todos ellos con letra
de Homero
Manzi; Desencuentro, La
última curda, María y
El último farol, junto a Cátulo
Castillo; Garúa y Pa’
que bailen los muchachos, con
poesías de Enrique
Cadícamo; Toda mi vida
y Mi tango triste con letra
de José
María Contursi; y Coplas,
sobre una poesía de Alberto
Martínez.
Día
del Bandoneón
En
2005 el Congreso
de la Nación Argentina declaró
la fecha del 11 de julio
(natalicio de Pichuco), como el Día
Nacional del Bandoneón
mediante la ley 26.035. Fue
sancionada el 18 de mayo de 2005 y
promulgada de hecho el 16 de junio
de 2005.[4]
Los propulsores de esta ley fueron
Francisco Torné, nieto de Zita
Troilo, y el poeta Horacio
Ferrer, amigo del músico y
presidente de la Academia
Nacional del Tango.[5]
Músicos
que trabajaron con la orquesta de
Troilo
Cantores
de gran relieve pasaron por sus
orquestas:
El
cantor Roberto
Goyeneche junto a Aníbal
Troilo. Fotografía en la
revista Radiolandia
de abril de 1972.
Sistemáticamente
sus pianistas se convirtieron en
directores de orquesta:
Bandoneonistas:
Contrabajistas:
Violinistas:
Arreglistas:
Obras
Como
compositor
creó un extenso número de tangos,
entre los más recordados se
citan:
-
1941
(4 de marzo): Toda mi vida
-
1941
(16 de abril): Con toda la
voz que tengo (milonga).
-
1941:
Total pa’ qué sirvo
-
1942:
Barrio de tango
-
1942:
Pa’ que bailen los
muchachos
-
1942:
Acordándome de vos
-
1942:
Valsecito amigo
-
1943:
Garúa
-
1944:
Naipe
-
1945:
Garras
-
1945:
María
-
1946
(14 de mayo): Tres y dos
-
1946:
Con mi perro (milonga).
-
1946:
Mi tango triste
-
1947
(19 de agosto): Romance de
barrio
-
1948
(23 de febrero): Sur
-
1950:
Che, bandoneón
-
1951:
La trampera (milonga).
-
1951:
Discepolín
-
1951:
Responso (dedicada a su
mejor amigo, el poeta Homero
Manzi, recién fallecido).
-
1953:
A Pedro Maffia (con el
cuarteto con el guitarrista Roberto
Grela).
-
1953:
Vuelve la serenata
-
1953:
Una canción
-
1953:
Patio mío
-
1953:
Milonga del mayoral
-
1954:
La cantina
-
1955:
A la guardia nueva
-
1956:
La última curda
(letra: Cátulo
Castillo).
-
1957:
Te llaman Malevo
-
1961:
A Homero
-
1962:
¿Y a mí qué?
-
1962:
Desencuentro
-
1962:
Coplas
-
1964:
Yo soy del treinta
-
1965:
Milonguero triste
-
1966:
Dale tango
-
1969:
Nocturno a mi barrio
(acompañado con bandoneón
solo).
-
1969:
Milonga de La Parda
-
1969:
El último farol
-
1970:
Fechoría (milonga).
-
1971:
Una canción
-
1972:
La patraña
-
1975:
Tu penúltimo tango
|