A
un siglo del genocidio armenio
Una
columna de armenios es
llevada a un campo de
prisioneros por soldados
otomanos, abril de 1915
El
genocidio armenio (en armenio:
Հայոց
Ցեղասպանություն
Hayoċ Ċełaspanuṫun;
en turco:
Ermeni Soykırımı),
también llamado holocausto
armenio o
Մեծ
Եղեռն
(Mec Yełeṙn,
"Gran Crimen"), fue la
deportación forzosa y
exterminio[2]
de un número indeterminado de
civiles armenios,
calculado aproximadamente entre
un millón y medio y dos
millones de personas,[3]
por el gobierno de los Jóvenes
Turcos en el Imperio
otomano, desde 1915
hasta 1923.[4]
Se caracterizó por su
brutalidad en las masacres y la
utilización de marchas forzadas
con las deportaciones en
condiciones extremas, que
generalmente llevaba a la muerte
a muchos de los deportados.
Otros grupos étnicos también
fueron masacrados por el Imperio
otomano durante este período,
entre ellos los asirios,
los griegos
pónticos y los serbios.[cita
requerida] Algunos
autores consideran que estos
actos son parte de la misma política
de exterminio.[5]
La fecha del comienzo del
genocidio se conmemora el 24
de abril de 1915,
el día en que las autoridades
otomanas detuvieron a 235
miembros de la comunidad de armenios
en Estambul;
en los días siguientes, la
cifra de detenidos ascendió a
600. Posteriormente, una orden
del gobierno central estipuló
la deportación de toda la
población armenia, sin
posibilidad de cargar los medios
para la subsistencia, y su
marcha forzada por cientos de
kilómetros, atravesando zonas
desérticas, en las que la mayor
parte de los deportados pereció
víctima del hambre, la sed y
las privaciones, a la vez que
los sobrevivientes eran robados
y violados por los gendarmes que
debían protegerlos, a menudo en
combinación con bandas de
asesinos y bandoleros.[6]
Aunque la República de Turquía,
sucesora del Imperio otomano,[7]
no niega que las masacres de
civiles armenios
ocurrieron,[8]
no admite que se trató de un genocidio,
arguyendo que las muertes no
fueron el resultado de un plan
de exterminio masivo, sistemático
y premeditado dispuesto por el
Estado otomano, sino que se
debieron a las luchas interétnicas,
las enfermedades y el hambre
durante el confuso periodo de la
Primera
Guerra Mundial.[9]
A pesar de esta tesis, casi
todos los estudiosos —incluso
algunos turcos— opinan que los
hechos encajan en la definición
actual de genocidio.[10]
[11]
[12]
Se lo considera por lo general
el primer genocidio
moderno;[13]
[14]
de hecho, es el segundo caso más
estudiado de genocidio, después
del Holocausto.[6]
Hasta la fecha 22 estados han
reconocido oficialmente el
genocidio.[15]
Los
armenios en Anatolia[e
La
población armenia en el Imperio
otomano[editar]
La
mayoría de la población
armenia se concentraba en el
este del Imperio
otomano.
En
1914,
antes de estallar la Primera
Guerra Mundial, en el Imperio
otomano había una
importante población armenia,
aunque no hay acuerdo en cuanto
a las cifras. Según el informe
aportado por la comisión
armenia al congreso
de Berlín, en 1878,
la cifra era de 3.000.000.[16]
Por su parte, las autoridades
otomanas mencionaban en 1867
la existencia de una población
de 2.400.000 armenios
dentro de sus fronteras,[17]
si bien tras el Tratado
de San Stefano, cuando la
"cuestión armenia"
empieza a considerarse como un
problema para el Imperio, esa
cifra se rebajó a totales entre
1.160.000 y 1.300.000.[17]
Otras estimaciones oscilan entre
1.325.000 (la cifra más baja) y
2.100.000 (la más elevada).[17]
Aunque se concentraba
principalmente en el este del
Imperio otomano (Armenia
Occidental), había también
una comunidad armenia
considerable en el oeste,
especialmente en la capital,
Constantinopla (actual Estambul),
donde todavía hoy vive la mayoría
de los armenios de Turquía.
Situación
de la minoría armenia
Los
armenios
eran tradicionalmente conocidos
como Millet-i Sadıka
("Nación leal") por
los turcos, puesto que vivían
en armonía con los otros grupos
étnicos del Imperio, sin
conflictos de importancia con la
autoridad central, a pesar de
las diferencias étnicas y
religiosas y de tener menos
derechos que los súbditos
musulmanes del Imperio, ya que
eran considerados dhimmi
por las leyes islámicas.[18]
Dhimmi es el nombre con el que
se conoció en la historia del
mundo islámico a los judíos y
cristianos que vivían en
Estados islámicos, y cuya
presencia era tolerada, tal y
como establece la sharia (ley
musulmana), a cambio del pago de
ciertos impuestos y de la
aceptación de una posición
social inferior.
En la práctica, el tratado es
inseguro e inestable y condena a
una enorme precariedad a los no
musulmanes, ya que basta una
decisión unilateral de la
autoridad islámica y el pacto
puede suspenderse en cualquier
momento, o imponerse nuevos
impuestos de forma arbitraria, o
secuestrar a los jefes
espirituales de los dhimmis y
pedir rescate por ellos, o
practicar el devşirme o «impuesto
de sangre» (el reclutamiento y
conversión forzosa de niños
para integrarlos a las tropas),
que los sultanes del Imperio
otomano practicaron durante tres
siglos contra los cristianos de
los Balcanes, lo que suponía en
principio una franca violación
de la dhimmah.
El valor en tribunales
musulmanes del testimonio de los
dhimmíes era inferior al de los
súbditos islámicos, al igual
que la indemnización en los
casos de venganzas de sangre.
Las acusaciones de blasfemia
contra los dhimmíes eran
habituales y el castigo era la
muerte. Como los dhimmi no podían
testificar en un tribunal para
defenderse, debían
obligatoriamente convertirse al
Islam para salvar la vida. Existía
un severo tabú matrimonial
contra los dhimmíes varones,
que eran castigados con la
muerte si mantenían relaciones
sexuales con una mujer musulmana
o si se casaban con ella (claro
que si la relación- aún
forzada: estupro- era provocada
por un musulmán a un mujer
"no musulmana"-... la
Sharia, "No veía
contariedad en este caso");
además existían leyes
desiguales en las herencias, las
discriminaciones en el vestido,
en el uso de animales o en
ciertos oficios, entre otras,
como la estricta prohibición a
los dhimmis de tener servidores
musulmanes.
Los cristianos y los judíos tenían
que pagar más impuestos para
cumplir con su condición de
dhimmi. Mientras que los
armenios de Constantinopla se
beneficiaron del apoyo del Sultán,
los que habitaban el territorio
histórico de Armenia nunca lo
hicieron. Fueron maltratados por
los pashás o beys locales y
tuvieron que pagar más
tributos, impuestos por las
tribus kurdas. Los armenios,
junto con otros cristianos
otomanos, tuvieron que
transferir al Sultán algunos de
sus hijos varones sanos, que se
convertirían en jenízaros, los
feroces guerreros utilizadas
durante el Imperio otomano en
las campañas de Europa.
«La persecución total era rara
pero la posibilidad siempre
estaba presente. Aun en la mejor
de las épocas, los dhimmi podían
encontrarse con que, en todos
los ámbitos de la vida y fuera
cual fuese su posición en la
sociedad, se les recordase
violentamente cuál era su
verdadera condición.[19]
Primeras
masacres
Una
caricatura política
francesa contemporánea
retrata al sultán Abdul
Hamid II como un
carnicero de los armenios.
Masacres
hamidianas
Entre
1894
y 1897
se produjeron las llamadas «masacres
hamidianas», llamadas así
por el nombre del sultán
otomano bajo cuyo mandato se
perpetraron, Abdul
Hamid II, conocido por esta
razón como el «Sultán Rojo».[21]
El número de víctimas armenias
fue calculado por el etnógrafo
William Ramsay en unas 200.000,[22]
aunque actualmente muchos señalan
como más acertada la cifra de
300.000.[23]
El sultán declaró su
inquebrantable decisión de
seguir una política de
severidad y de terror contra los
armenios hasta su
aniquilamiento. Ordenó evitar
absolutamente toda negociación,
con el fin de conducirlos a la
sublevación, de modo de poder
justificar sus medidas finales.
Un vicecónsul francés declaró
que el objetivo del Imperio
otomano era «aniquilar
gradualmente a los elementos
cristianos, dando a los jefes
kurdos carta blanca para hacer
lo que quisieran, desde
enriquecerse de los bienes de
los cristianos, hasta satisfacer
sus caprichos sexuales, fueran
mujeres o niños...».[24]
La peor atrocidad se produjo en
Urfa, donde tropas otomanas
incendiaron la catedral armenia,
en la que 3.000 armenios se habían
refugiado, y fusilaron a quien
intentara escapar.[25]
El historiador turco Osman Nuri
observó: «La mera mención de
la palabra “reforma”
irritaba a Abdul
Hamid II, incitando su
instinto criminal».[26]
En 1897 Abdul Hamid declaró que
la cuestión armenia se daba por
concluida. El gobierno otomano
cerró instituciones y restringió
los movimientos políticos de
los armenios.
Las matanzas, los abusos y la
crueldad turca atrajeron la
compasión por los armenios
de la prensa europea y
americana, que calificó a Hamid
como «el gran asesino» y «el
Sultán sangriento».[27]
Masacre
de Adana
Un
pueblo armenio saqueado y
destruido después de las
masacres de Adana en 1909.
Un
contragolpe tuvo lugar el 13 de
abril de 1909. Algunos elementos
militares del Imperio
otomano, con la colaboración
de los estudiantes de teología
islámica, quisieron devolver el
control del país a manos del
sultán y al imperio de la ley
islámica. Proliferaron los
disturbios y combates entre las
fuerzas reaccionarias y las
fuerzas de CUP hasta que el CUP
fue capaz de sofocar la
sublevación y detener a los
dirigentes de la oposición.
El movimiento dirigido
inicialmente por el naciente
gobierno de los Jóvenes
Turcos se percibió como un
apoyo para sofocar la violencia
y restablecer el orden y el
gobierno.[28]
Sin embargo, distintas fuentes
afirman que las tropas otomanas
tomaron parte en el saqueo de
los enclaves armenios de la provincia
de Adana.[29]
15.000 a 30.000 armenios
fueron asesinados en el curso de
la «Masacre
de Adana».[30]
[31]
La
guerra en Turquía oriental
Rutas
seguidas durante la
deportación armenia.
Viñeta
de la época que alude a los
intereses comerciales de Inglaterra
en las actuaciones del Imperio
otomano respecto a los
armenios.
El
Imperio
otomano entró en la I
Guerra Mundial el 29
de octubre de 1914.
A finales de ese año, el
gobierno aprobó el servicio
militar obligatorio, según
el cual todos los hombres
adultos menores de 45 años y
aptos para las armas debían
alistarse en el ejército o
pagar un impuesto especial para
ser excluidos del servicio
militar. A causa de esta ley, la
mayoría de los hombres en edad
militar fueron alejados de sus
casas y quedaron las mujeres,
los niños y los ancianos.
El ejército
otomano atacó a las fuerzas
rusas que rodeaban la ciudad de Kars,
en lo que entonces era
territorio ruso. En enero de 1915,
los turcos fueron derrotados en
la batalla
de Sarikamis, y las fuerzas
rusas comandadas por el general Vorontsov
contraatacaron, internándose en
territorio turco, en una zona en
la que ya se habían producido
fricciones interétnicas entre armenios
y musulmanes. Se debe tener en
cuenta que había también ruso-armenios
entre las filas del ejército
zarista[cita
requerida]). Los
rusos tomaron Van en mayo de
1915. En agosto, el ejército
ruso se retiró y los turcos
reconquistaron la ciudad. En septiembre,
Van volvió a ser conquistada
por los rusos.
Entre febrero y abril de 1916,
las fuerzas rusas, a las órdenes
del general Yudenich,
se apoderaron de las ciudades de
Erzurum
y Trabzon.
Los turcos, al mando de Abdul
Kerim, intentaron recuperar
estas ciudades en la ofensiva de
verano, pero fueron derrotados,
a pesar de los éxitos de Mustafa
Kemal. Rusia ganó otra
batalla en Erzincan,
en julio.
Los combates alrededor del lago
Van continuaron durante el verano
y el otoño,
y ciudades como Mush
y Bitlis
fueron conquistadas y perdidas
de nuevo.
En 1917,
debido al caos posterior a la revolución
rusa, ambos bandos cesaron
las operaciones militares en la
zona. Los turcos enviaron a la
mayoría de sus fuerzas al Sur
para combatir a los británicos
en Palestina
y Mesopotamia.
El ejército ruso también fue
perdiendo interés lentamente.
A comienzos de 1918,
el ejército ruso de la región
se había desvanecido prácticamente
y las fuerzas turcas recuperaron
fácilmente todo el territorio
perdido, sobrepasaron las
fronteras arrebatando a los británicos
Bakú,
en el mar
Caspio, en septiembre de 1918.
Cuando terminó la guerra, los
turcos controlaban sólidamente Anatolia
oriental.
El
genocidio armenio
Tras
su aplastante derrota en la batalla
de Sarikamis, Enver
Pasha escribió un despacho
al obispo armenio de Konia,
Mons. Karekin Khatchadurian, con
fecha 26 de enero de 1915, en el
que elogió la conducta de los
soldados armenios bajo su mando
en los siguientes términos:
"Le solicito presentar a la
nación armenia, cuya total
devoción al gobierno imperial
es bien conocida, la expresión
de mi satisfacción y mi
reconocimiento".[32]
El 24
de abril de 1915,
cuatro días después del
estallido de la revuelta de Van,
el gobierno de los Jóvenes
Turcos consideró que
afrontaba una sublevación
popular de corte nacionalista
dentro de los límites de su
imperio siguiendo el modelo eufemístico
de Grecia,
Serbia
y Bulgaria,
y optó por deportar a sectores
importantes de la población
armenia hacia Anatolia
Suroriental. Ese mismo día
se ordenó el arresto de 250
intelectuales armenios, que
fueron deportados y en su mayoría
asesinados en el camino.[33]
A esto siguieron poco después
-a partir del 11
de junio de 1915-
órdenes para la deportación de
cientos de miles —tal vez más
de un millón—[34]
de armenios
de todas las regiones de
Anatolia (excepto zonas de la
costa oeste) a Mesopotamia
y lo que actualmente es Siria.
Muchos fueron a la ciudad siria
de Dayr
az Zawr y el desierto
circundante. El gobierno turco
no puso los medios para proteger
a los armenios
durante su deportación, ni en
su lugar de llegada.[34]
Tras el reclutamiento de la
mayoría de los hombres y los
arrestos de ciertos
intelectuales, tuvieron lugar
masacres generalizadas a lo
largo de todo el Imperio. En
Van, el gobernador Cevdet
Bey ordenó a tropas
irregulares cometer crímenes
para forzar a los armenios
a rebelarse y justificar así el
cerco de la ciudad por el ejército
otomano.[35]
Según el mercenario venezolano Rafael
de Nogales, que sirvió en
el ejército turco, Cevdet Bey
mandó asesinar a todos los
varones armenios
de la ciudad[36]
Según los autores turcos,[37]
en Van lo que aconteció no fue
sino una revuelta armenia y la
posterior represión de la misma
por las tropas otomanas durante
las mismas fechas.
Se calcula que existieron unos
26 campos de concentración para
confinar a la población armenia
(Dayr az-Zawr, Ra's al-'Ain,
Bonzanti, Mamoura, Intili, İslahiye,
Radjo, Katma, Karlik, Azaz,
Akhterim, Mounboudji, Bab,
Tefridje, Lale, Meskene, Sebil,
Dipsi, Abouharar, Hamam, Sebka,
Marat, Souvar, Hama, Homs y
Kahdem), situados cerca de las
fronteras con Siria
e Irak.[38]
Según fuentes armenias algunos
de ellos pudieron haber sido únicamente
lugares de emplazamiento de fosas
comunes y otros lugares de
confinamiento donde morían de
epidemias e inanición.[39]
La fuerza de ocupación británica
estuvo implicada activamente en
la creación de una
contrapropaganda en tiempos de
guerra (durante la Primera
Guerra Mundial el Imperio
otomano luchó integrado en
la coalición de las
"Potencias Centrales",
compuesta por Austria-Hungría,
Alemania
y Bulgaria).
Por ejemplo, Eitan Belkind fue
un espía británico y un
miembro de la Nili (red de
espionaje judía que apoyaba a
Gran Bretaña frente al Imperio
otomano durante la Primera
Guerra Mundial), que se
infiltró en el ejército
otomano como funcionario. Fue
destinado a la oficina central
de Hamal Paşa. Asegura
haber presenciado la incineración
de 5.000 armenios
en tal campo.[40]
Según fuentes armenias, entre
el 24 y el 25 de abril de 1915
fueron apresadas unas 650
personalidades, escritores,
poetas, abogados, médicos,
sacerdotes, políticos; luego
fueron deportados y asesinados
en los meses siguientes.[41]
Solidaridad
en Estados Unidos con las víctimas
del genocidio armenio:
Cartel del American
Committee for Relief in the
Near East
Testimonios
occidentales acerca del genocidio
En
1918
se publicó serializada en periódicos,
y en 1919 en libro, el Relato
del embajador Morgenthau,
obra de Henry
Morgenthau, quien fue
embajador de Estados
Unidos ante el Imperio
otomano entre 1913 y 1916.[42]
El reconocido escritor austríaco
Franz
Werfel conoció a varios
supervivientes del genocidio
armenio y plasmó sus relatos en
el libro Los cuarenta días
del Musa Dagh, que fue
publicado en 1933.[43]
El militar venezolano Rafael
de Nogales Méndez, que fue
oficial del ejército otomano
durante la Primera
Guerra Mundial, dejó también
testimonio de las masacres en su
obra Cuatro años bajo la
Media Luna.[44]
El historiador inglés Arnold
J. Toynbee y el jurista, político
e historiador británico James
Bryce publicaron una obra
conocida como El Libro Azul.[45]
Este libro incluye relatos de
testigos oculares
estadounidenses -tanto diplomáticos
como misioneros-, alemanes,
italianos,
daneses,
suecos,
noruegos,
griegos
y armenios.
La
perspectiva del gobierno turco en
relación al genocidio
Turquía
rechaza que las muertes
acaecidas en 1915
fueran el resultado de un plan
organizado por el Estado para
eliminar a la población armenia
bajo su soberanía, requisito
para considerarlo un delito
de genocidio,
y afirma que el Imperio
otomano luchó contra la
sublevación en su territorio
soberano de la milicia armenia
respaldada por el gobierno ruso.
Turquía también critica las
semejanzas con el Holocausto
indicadas por ciertos sectores,
afirmando que, a diferencia de
los armenios, la población judía
de Alemania
y Europa
no hizo campaña en pro de una
separación ni se rebeló en
armas aliándose con potencias
extranjeras.[cita
requerida]
El gobierno de Ankara
también ha criticado la
exigencia del Parlamento
Europeo de que Turquía
reconozca la existencia del
genocidio armenio. En un
comunicado difundido por el
Ministerio de Exteriores turco,
Ankara niega la existencia del
genocidio y afirma que "las
controversias históricas deben
ser evaluadas por los
historiadores".[46]
En marzo de 2005
el primer ministro turco Recep
Tayyip Erdoğan invitó
a los historiadores turcos, armenios
e internacionales para que
formaran una comisión que
estableciera la verdad de los
acontecimientos de 1915.[47]
El ministro de Relaciones
Exteriores de Armenia, Vartan
Oskanian, rechazó la oferta con
el argumento de que el estudio
conjunto no tenía base. Tras
decir que los armenios ya habían
declarado los hallazgos de sus
historiadores, Oskanian agregó:
"Turquía debería
argumentar su caso. Los
historiadores no tienen nada que
hacer".[48]
Las relaciones entre Turquía y Armenia
siguen estancadas. Turquía ha
cerrado sus fronteras terrestres
con Armenia desde 1994 debido a
la ocupación armenia de Nagorno-Karabaj.[49]
Armenia ha declarado en varias
ocasiones que está preparada
para establecer las relaciones
diplomáticas y abrir la
frontera sin condiciones previas[cita
requerida], aunque
Turquía demanda que abrir sus
fronteras demostraría un
respaldo a la ocupación armenia
de Nagorno-Karabaj e ignorar su
conflicto con Azerbaiyán.
El acuerdo firmado el 10 de
octubre de 2009 por
representantes de los gobiernos
turco y armenio en Zúrich
(Suiza), en el que se preveía
la creación de una comisión
mixta de historiadores para
realizar "un examen científico
imparcial de los archivos y
documentación" sobre
aquellos sucesos,[50]
el establecimiento de relaciones
diplomáticas entre ambos
estados y la apertura de su
frontera común, ha sido
congelado por el gobierno turco
con el pretexto de la cuestión
de Nagorno-Karabaj.[cita
requerida]
El
número de víctimas
Existe
asimismo un desacuerdo en cuanto
al número de muertes. Las
fuentes alemanas dieron las
mayores estimaciones de bajas
armenias durante la guerra, a
pesar de que se trataba de los
aliados del Imperio otomano. Es
posible que el acceso de
personal germano en las zonas
del exterminio ofreciera mayor
certeza en las cifras.
Un informe decía que a fecha de
febrero de 1916,
un millón y medio de armenios
habían sido asesinados.[51]
Otro informe del 27 de mayo de 1916,
proporcionado por Erzberger,
director de la Inteligencia de
Oficina de Exteriores, daba la
misma cifra,[52]
al igual que un informe del
embajador interino de Alemania
en Turquía, Radowitz, fechado
el 4 de octubre de 1916.[53]
Parece ser que la cifra
frecuentemente citada de un millón
y medio se originó en esas
fuentes alemanas. El comandante
alemán Carl F. Endres, que
sirvió en el ejército turco,
estimó el número de bajas
armenias en 1,2 millones.[54]
La misma cifra fue mencionada en
el juicio de Yozgat,[55]
y antes de la sesión de 1984
del Tribunal Permanente de los
Pueblos[56]
y se la menciona con frecuencia
en cualquier situación.
Historiadores como Justin
A. McCarthy, profesor de la Universidad
de Louisville o
[[��mer Turan]],
quienes niegan el genocidio,
ofrecen una perspectiva
alternativa sobre la base del
estudio de los censos oficiales
otomanos para concluir que los armenios
que vivían en el Imperio
otomano eran menos de 1,5
millones, y que las cifras
publicadas relativas a la muerte
de un millón de armenios
pueden haber sido exageradas en
demasía e incluso afirmando que
en ese periodo murieron 3
millones de turcos.[57]
La posición de McCarthy ha sido
duramente criticada por otros
historiadores tanto
estadounidenses como de otros países.
Algunos de sus lecturas y
conferencias tuvieron que ser
canceladas por amenazas a la
seguridad.[58]
Medios oficiales turcos creen
que el número de víctimas
puede situarse entre 200.000 y
600.000 [cita
requerida].
Por otra parte, los académicos
turcos tratan de llamar la
atención a las víctimas turcas
de la rebelión armenia. Según
Prof. Dr. Yusuf Halaçoğlu,
expresidente de la Sociedad
Turca de Historia (principal
institución académica oficial
sobre la historia en Turquía),
"518 mil turcos han perdido
su vida en manos de los rebeldes
armenios antés y durante la
Primera Guerra Mundial en el
Imperio otomano, 128 mil de éstos,
todos civiles, en un año, entre
mayo de 1914 y mayo de
1915", fecha en la que
empezó el arresto de líderes
intelectuales de los armenios en
Estambul y se decidió el
desplazamiento de parte de la
población armenia en el país a
zonas lejos de los frentes de
guerra con Rusia.[59]
Halaçoğlu defiende que los
archivos turcos contienen los
documentos originales de estos
turcos asesinados.
Armenia
y el genocidio armenio
El
prolongado conflicto étnico-territorial
de Armenia
y Azerbaiyán,
un Estado turco que se
independizó en 1991 después de
la caída de la Unión
Soviética, tiene la
presencia de varios elementos
como pogromos,
matanzas
y limpieza
étnica. Algunos
observadores internacionales e
historiadores han sugerido que
este conflicto moderno es una
continuación del genocidio
armenio.[60]
[61]
De acuerdo con Thomas Ambrosio,
el genocidio armenio proporciona
"una reserva de simpatía pública
y de legitimidad moral que se
traduce en una significativa
influencia política... con la
finalidad de obtener el apoyo
del Congreso para las políticas
antiazeríes."[60]
Ambrosio señala que, mientras
los armenios controlen más de
10% del territorio de Azerbaiyán
en el conflicto, gran parte de
la retórica del mundo
occidental "desviará
cargos de irredentismo y culparán
por el conflicto de Nagorno-Karabaj
a los azeríes."[62]
La retórica tras la aparición
del conflicto, que se desarrolló
en el contexto de varios
pogromos de armenios, fue
dominada por referencias al
genocidio armenio, incluyendo
temores de que se repitiera.[63]
[64]
Reconocimiento
internacional del genocidio
Como
respuesta a la continua negación
del genocidio armenio por el
gobierno turco, las comunidades
en la diáspora
armenia han presionado para
conseguir su reconocimiento
oficial a través de gobiernos
de todo el mundo. Veinte países
y 42 estados de los EE. UU. han
aprobado mediante resoluciones
de carácter formal el
reconocimiento del genocidio
armenio como un acontecimiento
histórico.
Estados
y entidades subestatales que
han reconocido oficialmente
la autenticidad del
genocidio armenio.
En
general, los historiadores
occidentales coinciden en que el
genocidio tuvo lugar. Por
ejemplo, la "International
Association of Genocide Scholars"
(Asociación Internacional de
Estudiosos del Genocidio),
una institución académica
fundada en 1994 que incluye
cientos de estudiosos de
genocidios de todo el mundo,
afirma oficialmente la
existencia del genocidio
armenio.[65]
Los países y territorios que
han reconocido oficialmente el
genocidio armenio son: Argentina,[66]
[67]
Armenia,[68]
Bélgica,[69]
Bolivia,[70]
[71]
Canadá,[72]
Chile,[73]
Chipre,[69]
Francia,[74]
Grecia,[69]
Italia,[69]
Líbano,
Lituania,[69]
Holanda,
Polonia[75]
Rusia,[69]
Eslovaquia,
Suecia,[76]
Suiza,[69]
Uruguay,[69]
El
Vaticano y Venezuela.
También las regiones de Escocia,
Irlanda
del Norte y Gales[69]
(Reino
Unido), País
Vasco[77]
y Cataluña[78]
(España),
Ontario
y Quebec
(Canadá),[79]
Australia
Meridional y Nueva
Gales del Sur (Australia),[80]
Crimea
(Ucrania),
Ceará
y São
Paulo (Brasil)
han reconocido la existencia del
genocidio.
Cuarenta y dos de los cincuenta
estados de los EE.
UU. han reconocido
oficialmente y de forma abierta
el genocidio armenio. Estos
estados son:
-
Alaska
-
Arizona
-
Arkansas
-
California
-
Carolina
del Norte
-
Carolina
del Sur
-
Colorado
-
Connecticut
-
Dakota
del Norte
-
Delaware
-
Florida
-
Georgia
-
Hawái
-
Idaho
-
Illinois
-
Kansas
-
Kentucky
-
Luisiana
-
Maine
-
Maryland
-
Massachusetts
-
Míchigan
-
Minnesota
-
Misuri
-
Montana
-
Nebraska
-
Nevada
-
Nueva
Hampshire
-
Nueva
Jersey
-
Nuevo
México
-
Nueva
York
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Ohio
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Oklahoma
-
Oregón
-
Pensilvania
-
Rhode
Island
-
Tennessee
-
Utah
-
Vermont
-
Virginia
-
Washington
-
Wisconsin
En
algunos países se ha llegado a
tomar medidas legales contra
aquellos que nieguen la
existencia del genocidio. Dos
ejemplos recientes son Francia
y Suiza.
Una ley que preveía castigar la
negación de los genocidios
reconocidos por el Estado francés
fue votada el 23 de enero de
2012, pero vetada por el Consejo
Constitucional el 28 de febrero
del mismo año.[81]
En Suiza, el historiador turco Yusuf
Halacoglu fue acusado de
violar las leyes sobre negación
del Genocidio en una
conferencia que pronunció en Winterthur
en 2004.[82]
Países como Estados
Unidos, Israel,
el Reino
Unido, Alemania
o España
no utilizan el término genocidio
para referirse a estos hechos.
Monumentos
conmemorativos del genocidio
Memorial
de la comunidad armenia de
Rosario (Argentina) en
recuerdo de las víctimas
del genocidio armenio.
El
primer monumento conmemorativo
del genocidio armenio es la
capilla erigida en el monasterio
de Antelias (Líbano), sede del
Catolicosado de la Gran Casa de
Cilicia, donde se guardan restos
de víctimas recogidos de Deir-el-Zor.
El gobierno de Armenia Soviética
aprobó en 1965
la creación de un monumento
conmemorativo en recuerdo
del 50º aniversario del
genocidio.[83]
Dos años más tarde, el
monumento, oficialmente conocido
como Monumento del Medz
Yeghern, sobre un proyecto
de los arquitectos Sashur
Kalashyan y Artur Tarkhanyan,
fue erigido en la colina de
Tsitsernakaberd sobre el
desfiladero de Hrazdan, en la
capital armenia, Ereván.
La estela de 44 m simboliza
"el renacimiento nacional
de los armenios".[84]
Se colocaron doce losas en un círculo,
representando las 12 provincias
de la Armenia histórica, hoy en
territorio de Turquía. En el
centro del círculo, a una
profundidad de 1,5 metros,
se halla una llama
eterna. A lo largo del
parque y alrededor del
monumento, existe un muro de 100
m de longitud con los nombres de
las ciudades y las aldeas que
fueron teatro de las matanzas.
En 1995
se inauguró en el extremo
opuesto del parque un museo
circular subterráneo, el
Museo-Instituto del Genocidio
Armenio, que alberga y exhibe
numerosa información sobre los
acontecimientos de 1915.
Cada 24
de abril se evoca en Armenia
el Día de la Conmemoración
del Genocidio Armenio,
durante el cual cientos de miles
de personas caminan hacia el
monumento del genocidio y
depositan las flores (claveles
o tulipanes
normalmente rojos)
alrededor de la llama
eterna. Esta evocación
se repite con diversos actos en
todas las comunidades dispersas
por el mundo que constituyen la diáspora
armenia.
Detalle
del monumento conmemorativo
de Mislata.
En
2010 se erigió en Mislata
(Valencia) el primer
monumento en España
conmemorativo del genocidio
armenio (escultor, Dzhivan
Mirzoyan). La escultura, de
tres metros de altura, se
encuentra en los jardines
del huerto de Sendra, en
pleno casco antiguo.
Arte
El
primer ejemplo del genocidio
armenio interpretado a través
del arte fue una medalla emitida
en San
Petersburgo, Rusia,
que significa simpatía por el
sufrimiento armenio. Se acuñó
en 1915,
como las matanzas y las
deportaciones hasta el día de
hoy, siguen haciendo estragos.
Desde entonces, decenas de
medallas de distintos países se
han encargado de conmemorar el
evento.[85]
Literatura
Varios
testigos presenciales de los
acontecimientos han hecho
publicaciones, en particular la
misionera sueca Alma Johansson y
el embajador de los EE. UU. en
Turquía (1913-1916), Henry
Morgenthau. El escritor alemán
Armin Wegner, que trabajó como
enfermero, escribió varios
libros acerca de los
acontecimientos que fue testigo
durante su estancia en el
Imperio otomano. Años más
tarde, después de haber
regresado a Alemania, Wegner fue
encarcelado por oponerse al
nazismo,[86]
y sus libros quemados por los
nazis.[87]
Probablemente, la obra literaria
más conocida sobre el genocidio
armenio es la ya citada Los
cuarenta días de Musa Dagh,
de Franz
Werfel (1933). Se convirtió
en un best-seller,
particularmente entre los jóvenes
de los guetos judíos durante la
era nazi.[88]
Kurt
Vonnegut escribió en 1988
la novela Barbazul (Bluebeard),
cuyo protagonista es un
sobreviviente del genocidio
armenio y que describe las
características del genocidio
armenio como un tema subyacente.
Otras novelas que incorporan el
genocidio armenio incluyen Louis
de Berniéres "Pájaros sin
alas", Edgar Hilsenrath, en
idioma alemán The Fairytale
of the Last Thought, y el
polaco Stefan
Żeromski escribió en
1925 La primavera por venir.
Una historia de Edward Saint-Ivan,
antología de 2006, El
caballero negro de Dios,
incluye un personaje de ficción
sobreviviente del genocidio
armenio.
Una bestia en la Luna
(1995), una obra teatral de
Richard Kalinoski, trata sobre
dos sobrevivientes del genocidio
armenio. A menudo se especula
que las obras de Arshile
Gorky, un armenio expatriado
cuya madre falleció de hambre
en el genocidio, han sido
influenciadas por la pérdida y
el sufrimiento de la época.
Gorky[89]
fue una figura pionera del
expresionismo abstracto.
El libro de los susurros
es el título en español de una
obra muy relacionada con dichos
hechos, y fue la obra cumbre del
rumano de origen armenio Varujan
Vosganian.[90]
Se relata en el trasfondo de una
historia del destino del pueblo
armenio, una historia de marco
grandilocuente, que se subdivide
en mini-historias de personas
reales transmutadas en
personajes de novela. Este libro
ha sido un éxito de crítica y
ventas en España, Argentina y
Colombia.[cita
requerida]
Documentales
Existen
los documentales siguientes:
-
1975
- The Forgotten Genocide
(dir. J. Michael Hagopian)
-
1983
- Assignment Berlin
(dir. Hrayr Toukhanian)
-
1988
- Tillbaka till Ararat
(Back to Ararat, dir.
Jim Downing, Göran Gunér)
-
1988
- An Armenian Journey
(dir. Theodore Bogosian)
-
1990
- General
Andranik (dir. Levon
Mkrtchyan)
-
2000
- I Will Not Be Sad in
This World (dir. Karina
Epperlein)
-
2003
- Germany and the Secret
Genocide (dir. J.
Michael Hagopian)
-
2003
- Voices From the Lake: A
Film About the Secret
Genocide (dir. J.
Michael Hagopian)
-
2003
- Desecration (dir.
Hrair "Hawk"
Khatcherian)
-
2003
- The Armenian Genocide:
A Look Through Our Eyes
(dir. Vatche Arabian)
-
2005
- Hovhannes
Shiraz (dir. Levon
Mkrtchyan)
-
2006
- The Armenian Genocide
(dir. Andrew
Goldberg)
-
2006
- Armenian Revolt
(dir. Marty Callaghan)
-
2006
- Screamers
(dir. Carla
Garapedian)
-
2010
- Aghet - Ein Volkermord
(Aghet - A Genocide,
dir. Eric
Friedler)
Películas
La
primera película sobre el
genocidio armenio apareció en 1919,
una producción de Hollywood
titulada Ravished Armenia,
dirigida por Oscar
Apfel, que posteriormente
influiría en el film Ararat
(2002),
del director Atom
Egoyan. También hay
referencias en América, América,
de Elia
Kazan, y Mayrig, de Henri
Verneuil. En el Festival de
Cine de Berlín de 2007, los
directores italianos Paolo y
Vittorio Taviani presentaron otra
película acerca de los
acontecimientos, basada en la
novela de Antonia
Arslan La Masseria Delle
Allodole (La granja de las
alondras).[91]
Música
En
1975 el famoso cantante
franco-armenio Charles
Aznavour escribió la canción
"Ils sont tombés"
("Ellos cayeron"),
dedicada a la memoria de las víctimas
del genocidio armenio.[92]
La
canción "Adana", el
nombre de la provincia de un
pogromo de 1909 del pueblo
armenio, y que cuenta la historia
del genocidio armenio, se ha
traducido a 17 idiomas y grabado
por cantantes de todo el mundo.[93]
La banda System
of a Down, compuesta por
cuatro descendientes de
sobrevivientes del genocidio
armenio, ha promovido la toma de
conciencia del genocidio armenio a
través de sus letras y
conciertos,[94]
incluyendo las canciones "Holy
mountains", en su disco
"Hypnotize", "P.L.U.C.K"
y "War?" en el álbum
"System of a Down".
A fines de 2003, Diamanda Galas
edita el disco "Defixiones,
Will and Testament: Orders from
the Dead," un homenaje de 80
minutos a los armenios, griegos y
asirios víctimas del genocidio en
Turquía. "La actuación es
una encolerizada meditación sobre
el genocidio y la política de
negación, en particular la negación
de Turquía y América del
genocidio de los armenios, asirios
y griegos de Anatolia entre 1914
y 1923".[95]
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