16 de julio de 1950-16 de julio de 2010 Maracanazo (en portuguésMaracanaço) es el nombre dado al
último partido de la Copa
Mundial de Fútbol de 1950,
realizada en Brasil,
en la cual la selección
de Uruguay ganó al equipo
local contra todo pronóstico
en el Estadio
Maracaná. Por extensión, su
uso se ha generalizado para definir
aquella victoria, preferentemente una
final, en campo ajeno de un equipo o
deportista, teniendo absolutamente todos
los factores en su contra.
Si bien el campeonato se definió mediante
una ronda final de cuatro equipos (jugando
en la modalidad todos contra todos), el último
partido se convirtió en una final
"de hecho". Se jugó el 16
de julio de 1950
en el Estadio
Maracaná en Rio
de Janeiro, Brasil, frente unos
173.850 espectadores, la mayor cantidad de
espectadores jamás reunida para
presenciar un partido de fútbol. El
equipo favorito tras una campaña de
invicto y goleador era Brasil
que llegaba con 4 puntos producto de sus
victorias frente a Suecia
y España,
mientras que Uruguay
llegaba habiendo obtenido 3 puntos frente
a los mismos rivales (una victoria frente
a Suecia y un empate con España). Se debe
recordar que el reglamento de la época
otorgaba 2 puntos por victoria y 1 por
empate.
Cabe mencionar que, si bien la favorita
era Brasil,
la selección de Uruguay
era en ese momento una de las más
laureadas del planeta, con una Copa
del Mundo, ocho Copas
de América y dos títulos olímpicos,
y que su juego llevaba décadas provocando
la admiración de todos los aficionados
del mundo.
El
partido
Al
finalizar la primera mitad del tiempo
reglamentario, ambos equipos se retiran
empatados a cero. Con el empate Brasil se
estaba consagrando campeón mundial. A
comienzos del segundo tiempo en el minuto
2, Friaça
de Brasil anota. Una gran celebración
empieza a inundar el estadio. La algarabía
dura poco pues en el minuto 21 anota el
uruguayo Juan
Alberto Schiaffino igualando el
marcador del encuentro. Con este resultado
aún se adjudicaba Brasil el mundial.
Sin embargo faltando 11 minutos para el
final Alcides
Edgardo Ghiggia anota el
segundo gol para Uruguay y el estadio
queda en silencio.
Brasil ataca con todo su poderío pero le
es imposible revertir el resultado. Al
finalizar el partido el público salió en
silencio o llorando del Estadio no percatándose
de la ceremonia de entrega de la Copa
Jules Rimet a Uruguay.
Para
los brasileños, la derrota fue una
tragedia nacional, comentada como la peor
del país. Se cancelaron los preparativos
de una celebración que era obvia para
muchos. Se reportaron numerosos suicidios.
Desde entonces la palabra Maracanazo ha
quedado como expresión de derrota o
desastre imprevisto, para los brasileros.
En cambio, para los uruguayos la fiesta
fue total. La inesperada victoria llegaba
a oídos en territorio uruguayo, gracias
al inolvidable relato de Carlos
Solé. La gente se volcó a las
calles a festejar, lo que en un principio
parecía un sueño inalcanzable.
El desconcierto era tal tras la victoria
uruguaya, que las 173.850 personas en el
estadio quedaron enmudecidas, a tal punto
de que los únicos sonidos que se
escuchaban eran los del plantel celeste.
También se dio una anécdota que
involucraba al entonces presidente
de la FIFA,
Jules
Rimet. Cuando el encuentro
estaba empatado a 1, Rimet se dirigió a
los vestuarios para preparar su discurso
de felicitaciones para Brasil, pero cuando
volvió al terreno de juego (ya terminado
el encuentro) se llevó la sorpresa de no
ver ningún festejo, ya que Uruguay había
logrado la hazaña. Tan desconcertado quedó
Rimet, que incluso el acto de entrega de
la copa a Uruguay terminó siendo
simplemente la entrega de la misma con un
estrechado de manos con Obdulio
Varela.[1]
Ese día fue el último partido en el cual
Brasil
jugó con camiseta blanca. Posteriormente
comenzó a utilizar la verde-amarela,
que esta vez sí les traería buena
suerte.
En
la voz de Solé
Al
no haber uruguayos
presentes en las tribunas del estadio,
unas de las vías de comunicación del
partido para los charrúas fue el
relato de Carlos
Solé (uno de los tres
relatores uruguayos que concurrieron). Los
relatos de ambos goles quedaron en el
recuerdo de los uruguayos. Primer gol de Uruguay
"...Quita
Míguez para apoyar a Schiaffino; frente
a él se defiende Bigode. La resta al
centro de la cancha donde va a tomar
Gambetta. Se corre Gambetta. Cruza la
pelota en dirección a Julio Pérez.
Julio Pérez arremete de frente a Danilo.
Lleva la pelota Pérez. Le traba la
pelota Danilo. Con todo la vuelve a
tomar Pérez. Se repliega. Elude a Bauer.
Apoya a Obdulio Varela. Varela al
puntero Ghiggia. Avanza Ghiggia
perseguido por Bigode. Lo anula Ghiggia
a Bigode. Se corre al arco. Coloca el
centro. Toma Schiaffino. Tira. Goool,
goool uruguayo. Gol de Schiaffino.
Schiaffino a los 21 minutos. Se le escapó
Ghiggia al jugador Bigode. Colocó el
centro y el jugador Juan Alberto
Schiaffino la tomó de media vuelta.
Colocó un violento remate alto dejando
sin chances a Barboza a los 21 minutos.
Schiaffino autor del tanto. Uruguay 1
Brasil 1..."
Relato
de Carlos Solé. Segundo Gol de
Uruguay frente a Brasil. 16 de julio
de 1950. Fuente: Radio Nacional
Argentina
Segundo
gol de Uruguay
"...La
para Míguez y apoya Julio Pérez. Se va
delante Julio Pérez con la pelota
esperando que se cruce Ghiggia. Julio Pérez
sigue atacando. Pérez a Ghiggia.
Ghiggia a Pérez. Pérez avanza, le
cruza la pelota a Ghiggia. Ghiggia se le
escapa a Bigode. Avanza el veloz puntero
derecho uruguayo. Va a tirar. Tira.
Goool, goool, goooool, goooooool
uruguayo. Ghiggia tiró violentamente y
la pelota escapó al contralor de
Barboza. A los 34 minutos, anotando el
segundo tanto para el equipo uruguayo.
Ya decíamos que el gran puntero derecho
del conjunto oriental estaba resultando
la mejor figura de los uruguayos. Se
escapó de la defensa brasileña. Tiró
en acción violenta. La pelota rasante
al poste escapó al contralor de Barboza
y anotó a los 34 minutos Ghiggia el
segundo tanto para Uruguay. Uruguay 2
Brasil 1. Autor del tanto Ghiggia a los
34 minutos..."[2]